Las partes de la garganta y cómo las usamos para cantar.
¡Hola cantantes!
Vamos a hablar de las
diferentes partes que componen tu garganta y cómo las usamos para
cantar.
El paladar duro es la parte delantera del techo de la boca y está formada por hueso.
El maxilar es la pieza superior de la boca donde están alojados los dientes.
El paladar blando o velo del paladar es la parte posterior del techo de la boca formada por músculo. Es una zona que al cantar asociamos con hacer hueco para redondear el sonido dandole altura y notar como gira por la parte de atrás.
La lengua es un órgano móvil situado dentro de la boca. Es mucho más grande de lo que ves a simple vista y dependiendo de su tamaño nos facilita o entorpece la emisión tanto de la voz hablada como cantada. Un lengua más grande siempre crea más problemas. El canto es un proceso muscular. Lo que canta no es la voz, es el cuerpo y dependiendo de cómo manejas tu musculatura el sonido sale de un modo u otro. La lengua es parte de ese proceso como lo es tu laringe o tus labios.
Si está muy elevada tirará de tu laringe hacia arriba, crearás mucha tensión y el sonido saldrá estrecho y apretado, sin embargo si tratamos de aplastarla hacia abajo, haciendo fuerza, el sonido será engolado y notarás un tapón en la parte de atrás de tu garganta.
La lengua debe de estar activa durante el canto y dependiendo de cada vocal o consonante adoptará una posición diferente.
La lengua es un músculo y como todo músculo se congestiona de sangre y se cansa, a más tensión, mas grande se hace y menos espacio nos deja para cantar dificultando la fonación y la inspiración del aire. Tienes que aprender a controlarla para que sea tu aliada y no tu pesadilla y que no haga lo que quiera. Aunque no esté completamente relajada al cantar, debes tratar que lo esté lo más posible.
Los labios técnicamente son repliegues musculocutáneos membranosos o esos músculos blanditos y carnosos que forman el inicio de la boca. Son extremadamente importantes a la hora de cantar ya que según los pongas harán de sordina o de amplificador de tu sonido. Son el último elemento que le da forma a tu voz y depende de ellos, en gran medida, cómo ésta se proyecte.
La mandíbula es la pieza inferior de la boca donde están alojados los dientes. Relajarla y trabajar su amplitud de apertura te quitará muchos dolores de cabeza a la hora de cantar. Cuando pienses en un canto mas vertical recuerda en relajar y bajar más tu mandíbula.
El hueso hioides es un hueso delgado en forma de herradura y cumple dos funciones, la de sostener la lengua y la laringe y la de trasmitir la fuerza a los músculos encargados de abrir la mandíbula. Es el único hueso que no está unido a otros huesos por medio de ligamentos o tendones, se encuentra suspendido.
La laringe es la caja donde se encuentran nuestras cuerdas vocales. Permite la entrada de aire a los pulmones y genera el sonido que usamos para hablar y en nuestro caso, cantar. Debes mantenerla siempre en una posición estable: ni alta ni muy baja, si se te sube como cuando tragas, tu emisión será muy incómoda. El control de la laringe es una parte esencial en el canto.
Las cuerdas vocales o pliegues vocales, son la parte del aparato fonador responsable de la producción de la voz. Son dos pliegues que están compuestos por el músculo tiro-aritenoideo, el ligamento vocal y su mucosa. Se extienden del cartílago tiroides a los cartílagos aritenoides. En el hombre la longitud de las mismas oscilan entre 17,5 mm y 25 mm y en la mujer estas oscilan entre 12 y 17,5 mm de longitud. Ello ayuda a diferenciar el tono de la voz.
Por encima de ellas están las cuerdas falsas que no tienen la función de fonación aunque sí pueden producir distorsión y son utilizadas en algunos estilos de canto como el Heavy.
Durante el proceso de la espiración, el aire que pasa a través de la glotis, que es el espacio situado entre las cuerdas vocales, provoca una presión sobre estas. Según sea la intensidad de esa presión, las cuerdas vibrarán a mayor o menor frecuencia. Esta vibración es la que se convierte en onda sonora que atraviesa las estructuras de resonancia y cuya articulación se convierte en voz, ya sea hablada o cantada, y todo ello gracias al movimiento relativo de los músculos que controlan el paladar blando, la lengua y los labios.
La tráquea es un tubo compuesto de cartílago y membrana que transporta aire desde la laringe hasta los bronquios.
Las trompas de Eustaquio son los tubos que conectan la garganta con el oído medio. Protegen al oido equilibrando las diferencias de presión provocadas por estornudos, bostezos o cambios de altitud.
La faringe es el conducto que comunica la nariz y la boca con el esófago y la laringe. Forma parte del tubo digestivo y contribuye a la respiración y a la fonación. Posee la función de dirigir el aire y los alimentos a su lugar adecuado. Está compuesta de la nasofaringe que es la parte de la faringe que se encuentra detrás de la nariz y por encima del paladar blando, la orofaringe que es la parte media y la podemos ver cuando nos miramos al espejo detrás de la boca, es el lugar por donde pasan los alimentos y la saliva cuando tragamos, y la hipofaringe que es la parte de la faringe que comunica con el esófago.
Pasemos a la epiglotis. Esta estructura húmeda y cartilaginosa con forma de hoja, forma parte de la laringe. Su función es la de mantener la comida y los líquidos fuera de la tráquea al tragar, desviándolos hacia el esófago. Cuando se encuentra en reposo, está recta, permitiendo la respiración, pero cuando comemos, la epiglotis se dobla hacia atrás impidiendo la enterada de alimentos a los pulmones. Actúa a modo de semáforo regulando el trafico de mercancías, según sea comida o aire, los desvía por un camino o por otro. ¿ A que no podéis respirar y beber a la vez?, pues la responsable de este mecanismo es la epiglotis.
El esófago es un tubo muscular de unos 25 centímetros por donde pasan los alimentos en su camino hasta el estómago.
La úvula o campanilla, es una pequeña masa carnosa situada en la parte de atrás del paladar cuya función no está del todo clara, algunos científicos afirman que se trata de un vestigio evolutivo al igual que el apéndice o el coxis, una parte de nuestro cuerpo que en fases evolutivas anteriores cumpliría alguna determinada función, pero que ahora está en desuso.
Y por último y están las amígdalas. Son masas de tejido ubicadas a ambos lados en la parte posterior de la garganta. Su función es la de luchar contra los gérmenes que entran en el cuerpo. Pero ¿qué sucede cuando los gérmenes deciden quedarse allí? Pues que nos provocan infecciones, y las amígdalas, en vez de combatirlos, se inflaman e infectan. En muchos casos hay que extirparlas, ésta es otra de esas partes del cuerpo que no sabemos muy bien porqué siguen ahí.